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Desde Chiloé

Historias de viajes, sacrificios y emigraciones.

LOS CHILOTES DEL OLVIDO (en memoria de Braulio Velásquez) – Luis Durán B.

El Archivo de la Nación en Buenos Aires tiene, probablemente uno de los mayores tesoros al que puede aspirar un investigador de la historia de Chiloé: allí se encuentran los nombres, mas que eso incluso, la filiación de cada uno de los chilotes que fueron enviados a Argentina después de la batalla de Chacabuco y aquellos oficiales y soldados de los Voluntarios de Castro que cayeron prisioneros en el Alto Perú. Unos y otros, en diferentes momentos y circunstancias, fueron remitidos al Depósito de Prisioneros de Las Bruscas, en las cercanías del Río Salado, en la Provincia de Buenos Aires. En los documentos oficiales no sólo quedó consignado el nombre de cada prisionero y su edad, sino también su estatura, el color del pelo y ojos, estado civil, marcas o cicatrices en la piel, regimiento al que pertenecía, lugar de nacimiento, etc.

Éstos bravos chilotes fueron olvidados por la historia de Chiloé: el padre Cavada simplemente no los menciona, Pedro Barrientos menciona aun grupo de realistas evadidos de Las Bruscas en el bergantín Puig y hasta ahora Luis Mancilla escribió un trabajo sobre los Voluntarios de Castro en el Alto Perú.

¿Dónde están las huellas de estos hombres ? ¿ Las familias en Chiloé solicitaron acaso apoyo de las autoridades para conocer a sus parientes?

Las Bruscas fue un centro de prisioneros, un lugar áspero con predominio de arbustos espinosos rechazado incluso por los animales, donde cada interno debía financiar su alimentación. Las autoridades del penal, mediante un la entrega de un «boleto», autorizaban a los presos a trabajar en las haciendas aledañas y así financiar comida y alojamiento. Los que recibían menos apoyo externo eran precisamente los chilotes y valdivianos, por lo que estaban obligados a trabajar como peones, claro que cada cierto tiempo los «internos» eran llamados de vuelta al Depósito con la finalidad de que las autoridades pudiesen contar a los presos. Aquellos que no se presentaban o intentaban fugarse eran enviados posteriormente engrillados a Buenos Aires a trabajar en las obras públicas.

Cuando se revisan los documentos del Archivo se constata que hay material para varias historias para recuperar a los protagonistas de una historia olvidada. La información es tan precisa que podemos conocer de aquellos que murieron estando presos, que juraron fidelidad a las nuevas autoridades para conseguir la libertad o que debieron ser abandonados porque sus heridas no les permitían continuar con la marcha. ¿Por qué olvidamos a estos hombres?

FUENTE : Columna publicada el 10/12/2022 en El Llanquihue de Puerto Montt

ISLA DE LOS MUERTOS

A tres kilómetros de Caleta Tortel, en la desembocadura del río Baker, se ubican las 39 hectáreas correspondientes a la Isla de los Muertos. La Isla es parte de una serie de fiordos y canales, entre Campo de Hielo Norte y Sur. Fue declarada «Monumento Histórico» por su gran valor cultural al contener un antiguo cementerio que data de 1906, cuando alrededor de 120 «hacheros» chilotes que trabajaban para la «compañía explotadora del Baker» fallecieron por raros síntomas. La causa de la muerte de los trabajadores es un misterio que nadie sabe si algún día se va a resolver: existen diversas teorías. La primera y más conocida es que fueron defunciones causadas por la epidemia de escorbuto. Otra conjetura señala que fue producto de un envenenamiento accidental por ingesta con harina contaminada con antisárnico. Por último, también existe la hipótesis de muerte intencional, a manos de la propia Compañía con el fin de no cancelar los sueldos a los trabajadores. Tal enigma le ha otorgado un carácter intrigante y místico a la isla. Es más, cuando un equipo de arqueólogos exhumó una de las tumbas en 1998, no se encontraron osamentas como para corroborar alguna teoría, dada la humedad u acidez del suelo.

Imagen de la Isla de los Muertos – FUENTE : Consejo Monumentos Nacionales

MONUMENTO AL PUEBLO MIGRANTE CHILOTE

El Monumento al Pueblo Migrante Chilote está ubicado en avenida Baquedano N° 794, en la ciudad de Coyhaique. Esta escultura de hormigón y roca está compuesta por cuatro volúmenes escultóricos, en los que se representa a una familia migrante en sus faenas diarias. Junto a una mesa se aprecia a un trabajador que está trabajando sobre madera. Al centro está su pequeña hija, al lado de su madre, que está de pie. Tras ellos se erige un fragmento de un muro en el que se identifica una construcción de teja, característica distintiva de las construcciones de la Isla Grande de Chiloé. Los primeros trabajadores chilotes fueron contratados por la Sociedad Industrial de Aisén en 1905 para realizar el camino de conexión entre las dependencias de la estancia y la costa del Pacífico. Para ello se necesitaron quinientos trabajadores, que fueron enganchados en Puerto Montt por el administrador de la SIA, Juan Dun. 

DE ISLA QUENAC A LA GUERRA DEL PACÍFICO

Recuerdo y homenaje a Casimiro Cárdenas Navarro, quien fue veterano de isla Quenac de la Guerra del Pacífico, quien cumplió funciones en el Ejército de Chile entre 1880 a 1881. El chilote nació en 1854 en esta ínsula del mar interior, e ingresó como soldado a la Segunda Compañía de la Primera Brigada del Regimiento de Artillería N° 1, que estaba distribuida entre Santiago y Concepción, correspondiéndole realizar tareas de logística en Antofagasta, entonces perteneciente a la República de Bolivia, entre el 2 de febrero de 1880 y el 25 de marzo de 1881. 

Año 2022. Instalan placas en isla Quenac por veterano de la Guerra del Pacífico – FUENTE : Soy Chile.

LOS CHILOTES DE LA PATAGONIA REBELDE

En 2012 se publicó el libro «Los Chilotes de la Patagonia Rebelde», la historia de los trabajadores emigrantes chilotes fusilados en la patagonia argentina en 1921, producto de la huelga de las estancias de ese mismo año.

Habiendo pasado ya más de cien años de la Patagonia Rebelde, un importante movimiento de huelgas en la Patagonia Argentina, que está muy conectada con la historia de la emigración chilota y su relevante rol en las huelgas de 1921 en el territorio patagónico argentino.

En toda la Patagonia, la mayoría de los peones de las estancias y los obreros que emigraban para los trabajos de las temporadas de esquila provenían de Chiloé, pero también había, gallegos, italianos, austriacos después conocidos como yugoeslavos, hoy llamados croatas, argentinos, algún polaco, los rusos de la Patagonia, unos cuantos alemanes y de otras nacionalidades. Los conflictos entre los dueños del capital y los trabajadores se acrecentaron en 1919 con la rebelión obrera de Puerto Natales, que terminaría en 1921 con la represión de la segunda huelga mediante el fusilamiento, traslados y encarcelación de muchos de los trabajadores, entre ellos un importante número de chilotes..

Esta historia la conoció Francisco Coloane y la relató en un magnifico cuento «La muerte del Chilote Otey».

FUENTE: resumen.cl en entrevista a Luis Mancilla Pérez.